jueves, 31 de enero de 2013

La entrevista: hablar con los vivos

Hoy salgo contento de las clases. Tengo la sensación de que los alumnos empiezan a sentirse agusto en el aula y empiezan también a conectarse con el placer de la escritura y el análisis de los textos. Qué pena la cantidad de horas que han pasado en clases de lengua haciendo cosas aburridas y, en la mayor parte de los casos, poco signitivativas (yo, al menos, así recuerdo mis clases de lengua, con profesores que explicaban una y otra vez las reglas de ortografía o que nos perdían en el bosque de las categorías gramaticales).

Y eso que lo mejor aún está por venir. Hoy analizamos sus visitas a la biblioteca. La mayoría entendió el ejercicio como una caza de libros interesantes. Y sí, así era. Pero el reto no sólo era encontrar joyas sino establecer mapas del tesoro. En palabras llanas: lo difícil era analizar la sección de la biblioteca especializada en la carrera del alumno. Por ejemplo, ¿qué temas son más recurrentes en esos libros? ¿cuáles apenas se abordan? ¿qué conceptos o especialidades fueron una sorpresa para el alumno? ¿qué corrientes o tendencias predominan? ¿cuáles son los autores que más están presentes? ¿qué tan antiguos o nuevos son los libros? No sé... se trataba de empezar a leer bibliotecas en lugar de sólo libros. Pero es un camino largo y muchos de los chavos apenas están asomándose por primera vez a su disciplina académica.

Por cierto, en pijama, en el calor de mi casita cholulteca, me acabo de topar en la red con un capítulo de Cassany (2008) y no me resisto a compartirles un fragmento:
En cada disciplina, los géneros discursivos construyen el conocimiento, las identidades de los profesionales y el poder que ejerce cada uno; constituyen uno de los ejes a través de los que se desarrolla la actividad profesional, académica y científica en la disciplina. Para formar parte de una comunidad de conocimiento (de una disciplina) hay que aprender a participar en sus prácticas letradas, que se basan en los géneros discursivos correspondientes (p. 23)
Osea. No estamos aprendiendo a "escribir", así, en general. Sino que a través de la lectura y escritura académica estamos aprendiendo a formar parte de nuestras respectivas disciplinas. A hablar su idioma.

Pues bien. Para el próximo martes viene otro reto de escritura: la entrevista con el experto. La primera dificultad es encontrar un experto en el área (la de cada alumno). Puede ser un profe, o alguien que un profesor nos recomiende o incluso alguien a distancia, a quien podamos entrevistar en un chat o por Skype. El contenido de la entrevista es abierto y tengo muchas dudas a la hora de delimitarles más la tarea. Cada alumno podría descubrir en esa entrevista cosas distintas, muy valiosas para su propio proceso de participación en ese campo del saber. Así que, chicos, siéntanse libre de hacer cosas diferentes y activen sus propias intuiciones.

Ahora bien, mi idea es que a través de esa entrevista el "experto" les pueda ayudar a entender cuáles son lo asuntos (tendencias, líneas de investigación, conceptos) que se están moviendo ahorita en ese campo académico o profesional. Cuáles son las revistas, congresos, universidades más valiosas. Cuáles son los "gurús", osea, los autores más reconocidos, y cuáles los conflictos y teorías en combate dentro de esa disciplina. No sé cómo expresarlo. Se trata de sacarles el chisme y que suelten la sopa de las cosas que se están moviendo en esa disciplina. Quién mejor que alguien que es experto en ella, que forma parte activa de ella, para que se lo cuente.

Pero, repito. Podrían derivar la entrevista también a la expertise de esa persona. Qué es lo que más interesante que ha hecho. Qué temas le interesan. En qué investigaciones o proyectos ha participado. Y qué tips o consejos les tiene para ustedes, que apenas están integrándose a esa disciplina.

Decía Quevedo que leer era hablar con los muertos. Pues bien, espero que en la entrevista puedan hablar con los vivos y construir después un artículo en el que hablen de esa experiencia (ojo, no se trata de transcribir la entrevista, sino de interpretarla, comentarla extraer lo más valioso... como si escribieran un artículo para un periódico cultural).

Acá les va el soneto del Quevedo:

Retirado en la paz de estos desiertos (soneto de Quevedo)




Referencias:
Cassany, D. (2008). Metodología para trabajar con géneros discursivos. En: Pello Salaburu Etxeberria e Iñaki Ugarteburu Gastañares, Espezialitate hizkerak eta terminologia III (pp. 9-24). Bilbao, España: Universidad del País Vasco.

viernes, 4 de enero de 2013

Segunda intro al curso: el cómo (actividades)

En la anterior entrada me puse en plan Sergio. Es hora de ponerme el disfraz de profesor y ofrecerles una idea más secuencializada y aterrizada de las actividades y evaluación del curso.

Hay un platillo fuerte y otro secundario. El fuerte consiste en la actividad central del curso, que consiste en que cada uno de ustedes elige un tema innovador, interesante de su carrera y elabora un artículo publicable en una revista arbitrada de su área de estudios. Para entendernos, un artículo de investigación (de unas 10 cuartillas). El artículo se elabora a lo largo del curso, según las siguientes etepas:
  1. Primer parcial: exploras los temas de investigación en boga en tu carrera (entrevistando a un experto, visitando la biblioteca, explorando bases de datos disciplinares en internet) y empiezas a delimitar un "nicho" de investigación
  2. Segundo parcial: lees literatura especializada sobre ese asunto e ideas las líneas maestras de tu artículo, explicadas en un abstract (1 cuartilla)
  3. Tercer parcial: profundizas tu conocimiento sobre el asunto e identificas las reglas de juego básicas para elaborar un artículo publicable (depende del tipo de artículo, del tipo de investigación que hagas). Elaboras una versión reducida pero completa de ese artículo (unas 4 cuartillas).
  4. Cuarto parcial: desarrollas la versión final de tu artículo, que entregas el penúltimo día del curso.
El platillo secundario es el desarrollo de un blog académico. El blog te servirá para varias cosas:
  • Escribir con tus propias palabras lo más interesante que están leyendo y descubriendo sobre el tema de tu investigación (diario o cuaderno de investigación)
  • Organizar y registrar los mejores recursos de información (artículos científicos, reportajes, videos, etc) que utilizarás para tu artículo (biblioteca o bibliografía especializada)
  • Dialogar con tus compañeros sobre los descubrmientos, meteduras de pata y aprendizajes de cada quien, a través de los comentarios a los post (foros de discusión). Todos los blogs serán enlazados a este blog central de la clase, en el que también puedes escribir y compartir recursos de información (comunidad de aprendizaje)
Además de esos hilos conductores de todo el curso cada parcial propone actividades variadas. A modo, casi, de lluvia de ideas, aquí van algunas: análisis de las entradas de los blogs, búsqueda de información en repositorios científicos, exposiciones orales con apoyo digital, videos con genios de la oratoria, aplicación del modelo de argumentación de Toulmin, resolución de dudas sobre citación en APA, taller de ortografía, uso de Twitter como herramienta conectivista, ... uff... me cansé.

Algo importante. Haré lo posible para que puedan disponer en muchas sesiones de clase de varios minutos para la lectura y escritura en sus propias compus. Así podrán leer lo que sus compañeros escriben, hacerles comentarios, leer lo que otros escriban en su blog, avanzar las tareas para la siguiente sesión. Me gusta mucho hacer exposiciones, la verdad, pero espero saber renunciar a ese placer para que ustedes puedan asumir una actitud más activa en la clase. De hecho, la clase en gran medida está concebida a modo de taller. Y en los talleres la gente hace cosas, no sólo escucha al maestro.

Es una clase intensa. Me gusta aprovechar cada minuto. Me gusta que haya energía. Que se sientan agusto pero también que logren concentrarse. Pueden traer audífonos y ponerse su propia música en esos minutos de "taller", si eso les inspira. Siéntanse como en su casa. En su hogar intelectual.



Una intro al curso: el qué (objetivos de aprendizaje)

Antes que nada, una aclaración. El plan del curso es una versión "beta", es decir, un borrador que se reescribirá a varias manos, las del profe, atento en lo posible a las necesidades e intereses de los alumnos y las de éstos, que pueden llevar más a su terreno algunas actividades y políticas del curso. Es un curso, por tanto, abierto al cambio y la adaptación, como cualquier ser vivo.

De hecho, no es un curso. Es un cursazo. Qué le vamos a hacer, me mata la ambición, y este curso de apenas cuatro meses se pone el reto de ayudarles a cambiar de mentalidad respecto a la comunicación académica. ¿qué significa eso? Allá va mi lista de intuiciones:
  • Que pasen de buscar información escolar en Google y del copy-paste de monografías.com o el rincondelvago y empiecen a explorar las fuentes de conocimiento científico de primera mano (bibiotecas digitales, repositorios de revistas científicas, etc).
  • Que dejen de sentir la escritura académica como un remiendo de diferentes textos e informaciones ajenas y pasen a experimentar la dificultad y la emoción de construir su propia visión del conocimiento
  • Que al leer un texto académico en lugar de contar el número de páginas, como si fuera una condena, preparen su mente para un platillo refinado y aprendan a leer de manera más activa (dialogando con el texto, pensando antes, durante y después de leerlo)
  • Que adquieran paladar para distinguir en internet los diamantes en bruto de las baratijas (no es oro todo lo que reluce)
  • Que hagan sus primeros pinitos en investigación académica, entendida como un proceso en el que deben volverse cada vez más expertos en un tema y más capaces de dialogar con otros expertos de su misma carrera
  • Que hagan de la internet su mejor herramienta de conocimiento y aprendizaje, sin que eso signifique dejar de disfrutar otros usos más lúdicos y sociales
  • Que descubran qué tanto hay de mito y qué tanto de realidad en la imagen que tienen de la carrera académica que han elegido
  • Que comprendan lo injusto y naco que es el plagio académico
  • Que les pique el gusanito de interesarse por otras disciplinas del conocimiento
  • Que experimenten la escritura académica como un ejercicio complejo, que implica buscar buena información, entenderla y cuestionarla, organizarla personalmente, construir un proceso personal de argumentación y, por último, ponerlo en palabras según ciertas convenciones. Osea, escribir no es poner palabritas una detrás de otra, no es sólo redactar. Escribir, a este nivel, es pensar, descubrir y dialogar.
  • Que en sus exposiciones orales diseñen bien sus argumentos y la información que van a compartir.... ¡y se exijan no explicar cosas obvias o aburridas! Recuerden que comunicar no es explicar algo sino conectar con otros. La oratoria es todo un arte.
  • Que descubran sus propias pasiones intelectuales
  • Que produzcan conocimiento interesante, en lugar de hacer sólo 'tareas' para la clase
Algunos de ustedes seguramente ya han avanzado en varios de esos caminos. Para otros supondrá todo un cambio esta forma de abordar la lectura y la escritura escolares. Lo que me urge es que rompan sus esquemas previos y estén abiertos a la experimentación y el aprendizaje. Sospecho que muchos de los procesos escolares que han vivido han arruinado, en parte, su pasión por la lectura y la escritura. Es hora de despertar y de experimentar otro nivel de conocimiento, de lectura y de escritura especializada. Bienvenidos a las entrañas mismas de la universidad. Amén.

jueves, 3 de enero de 2013

Presentación del profe

Soy un hombre con suerte. Me tocó ser hijo de dos padres muy diferentes y he vivido a ambas orillas del Atlántico. En suma, soy hijo de la diferencia y amigo de la diversidad.

También como "animal académico" he pasado por varios territorios. Empecé periodismo y allí descubrí que mi vocación era ser hombre de letras (filólogo). Terminé Filología en la Complutense de Madrid, donde también hice una maestría en letras. Pero la curiosidad mató al gato y me vine a vivir a México y aquí seguí estudiando lengua y literatura pero con acento latinoamericano y completé una segunda maestría en la UDLA-P. Sin embargo, al principio, no fui profe de literatura, mi querencia natural entonces, sino de español para extranjeros, un área fascinante que ofrece el lujo de compartir aula, por ejemplo, con una canadiense, un australiano, dos gringos, una francesa, dos coreanas y tres nórdicos. ¿Se imaginan? La globalización hecha salón de clase y yo en el medio, disfrutando de una de mis pasiones más incontrolables: el cosmopolitismo, osea, la libertad de sentir que todos somos familia en el planeta, que todos somos de la misma patria.

Después de ser profesor de español para extranjeros en cuatro universidades mexicanas (se dice el pecado pero no el pecador, já) la paranoica gripe aviar y la nefasta guerra contra el narcotráfico tumbó el mercado de alumnos extranjeros. Tuve que reinventarme. Y me dediqué desde entonces a la innovación educativa y, particularmente a la enseñanza de habilidades de comunicación académica: lectura y escritura disciplinares. Inicié también mi carrera como investigador educativo, especializándome poco a poco en el uso educativo de cositas digitales (blogs, redes sociales, repositorios de acceso libre). Y me volví adicto al cambio, a la experimentación, a la innovación. Dice la Alicia del país de las maravillas que en un mundo en movimiento quien se queda en el mismo lugar retrocede. Y a mí, como buen chismoso, nunca me ha gustado quedarme fuera de la jugada. Estoy, además, convencido de las apasionantes posibilidades que ofrece la internet y la telefonía móvil para el conocimiento. Para saber más de todo eso me lancé a cursar dos doctorados en innovación educativa, uno en el Tec y otro en la Complutense. Y en ésas estoy ahora, avanzando en mis tesis.

Como profesor combino la mirada del docente con mi adicción a la escritura y mi gusto creciente por la investigación. Tres en uno. Son tres perspectivas que conviven en mis clases y, para ser honesto, habría que añadir una cuarta, la del niño, pues 8 años de docencia no han arruinado, todavía, la emoción ingenua que me produce aprender. Sí, aprender, pues el ejercicio de enseñar es, en términos matemáticos, directamente proporcional a las ganas de seguir aprendiendo. No nos hagamos. Como decía Sócrates, todos somos una bola de ignorantes y el camino del conocimiento no es sino la conciencia creciente del límite de lo que ya sabemos.

Dejo al margen, en la sección de mis "obrillas" algunas de mis publicaciones y trabajos de investigación. Para que los curiosos como yo puedan chismear agusto.